El desaireador es un elemento utilizado para el tratamiento de aguas de calderas.
Su cometido es el de eliminar los gases disueltos en el agua de
alimentación de la caldera. Uno de los gases más problemáticos que se
encuentra disuelto en el agua de alimentación es el oxígeno causante
potencial de corrosión por picadura.
El desaireador también elimina gran
parte del CO2 disuelto previniendo de la formación del corrosivo ácido
carbónico. La desaireación del agua de alimentación no elimina por
completo los gases disueltos por lo que después de este proceso debe
llevarse a cabo un proceso químico para eliminar las trazas. Las trazas
de O2 y CO2 son igualmente peligrosas por lo que el tratamiento químico
posterior sigue siendo obligado.
Para llevar a cabo la
desaireación se aprovecha la propiedad que la solubilidad del agua en
distintos gases decrece con el aumento de temperatura, por lo que el
proceso debe contar con el calentamiento del agua de admisión. Cerca del
98% del punto de saturación gaseosa del agua el CO2 y el O2 se separan
prácticamente por completo del agua. El agua se calienta mediante vapor
de la propia caldera.
Los desaireadores pueden estar diseñados principalmente de tres maneras:
Desaireadores de bandejas:
El agua de alimentación de la caldera se hace circular por bandejas de
rebose de forma gravitacional mientras intercambia calor con el vapor.
Desaireadores de spray o de atomización: El agua de alimentación de la caldera se atomiza y entra en contacto con el vapor.
Desaireadores mixtos:
Son una mezcla de los dos tipos anteriores hacen circular el agua
atomizada por bandejas de rebose mientras intercambia calor con el
vapor.
Los gases se separan del
agua y se ventean por la parte superior del desaireador. El agua cae en
cascada hasta la parte inferior del depósito. Mediante una bomba el agua
se recoge del depósito del desaireador y se envía al tanque de agua de
alimentación de calderas.
Los desaireadores pueden estar
dispuestos de manera vertical u horizontal según convenga. Son equipos
que permiten reducir los tratamientos químicos del agua. El agua de
alimentación de la caldera aumenta también de temperatura en el
desaireador lo que es beneficioso para la eficiencia del equipo y para
reducir los impactos térmicos a la entrada a la caldera.